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La semana pasada ACEs participó como asociación en la redacción de un artículo para El Mundo sobre asexualidad, concediendo entrevistas a varios de sus miembros. En el mismo artículo, aparecían algunas opiniones de profesionales de la sexología y la psicología, muchas de ellas que no compartimos y nos gustaría puntualizar.

La primera de estas opiniones es de José Luis Beiztegui:

“Emplear el término asexual para describir a quien carece de deseo sexual no es lo más correcto”», puesto que sexo significa, etimológicamente “sección o diferenciación entre hombre o mujer”

Dejando de lado el binarismo y la cisnormatividad manifiestas en afirmaciones de este tipo, queremos remarcar que la asociación a la que pertenece el señor Beiztegui, la Asociación estatal de Profesionales de la Sexología (AEPS) es una vieja conocida de ACEs, a quien ya hicimos saber nuestra opinión sobre esta cuestión, como consecuencia de su difusión de un artículo dolorosamente desinformado sobre la asexualidad.

Retomando y profundizando en el tema, recordamos que el término “asexual” , si bien surge en comunidades virtuales de asexuales, en torno al año 2000, y es el único generalmente aceptado y respetuoso para dirigirse a nosotros, es también afianzado en el mundo académico por A.F.Bogaert desde el año 2004 en su artículo Asexuality: Its Prevalence and Associated Factors in a National Probability Sample. y su uso ha sido extendido y persistente desde hace más de una década.

Además, repetimos que la definición más aceptada de asexualidad no menciona la ausencia de deseo sexual, si no de atracción.

Pedimos que haga en esta cuestión una demostración de la comprensión y el respeto que, como el señor Beiztegui reconoce y nosotros compartimos, ha de guiar este diálogo.

Nos gustaría puntualizar también las declaraciones de la sexóloga y psicóloga Nuria Jorba:

“En una relación sexual entre un alosexual (sexual) y un asexual no habrá pasión ni desenfreno, sino un compartir íntimo”

Aunque entendemos el buen sentimiento que existe detrás de esta afirmación, queremos dejar claro que los asexuales consideramos que ese “compartír íntimo” no es en ningún caso único de parejas con asexuales; y que la “pasión y el desenfreno”, si bien pueden no manifestarse de forma sexual entre los asexuales, se presenta de muchas otras formas en nuestras relaciones. Cuestionamos también que la “pasión y el desenfreno” sexuales sean elementos presentes o necesarios en todas las relaciones sanas entre alosexuales.

Por último, debemos referirnos al doctor José Díaz Morfa, presidente de la Asociación Española de Sexología Clínica y consultor de la sección de Psiquiatría y Sexualidad Humana de la World Psychiatric Association (WPA), para quien la asexualidad:“Se acerca al trastorno hipoactivo, pero no a la aversión sexual. Además, el amor romántico es parte de la sexualidad. Pueden tener algún conflicto larvado que les lleva a bajo deseo“.

Queremos recordarle al doctor Morfa que según el DSM-5, tanto en el caso del trastorno
sexual hipoactivo femenino como el masculino, se lee en su versión en inglés, (302.72 p.334; 301.71 p.344): “If a lifelong lack of sexual desire is better explained by one’s self-identification as “asexual”, then a diagnosis of female sexual interest/arousal disorder would not be made.”

“If the man’s low desire is explained by self-identification as an asexual, then a diagnosis of male hypoactive sexual desire disorder is not made.”

Estas correcciones se llevaron a cabo solo después de años de activismo asexual en contra de la patologización de la asexualidad y de numerosos artículos de sexólogos simpatizantes, algunos de los cuales se citan al final de este artículo.

Pese a ellas, tenemos razones para sospechar que este diagnóstico se sigue imponiendo a personas asexuales, y consideramos esta situación excepcionalmente peligrosa.

Aprovechamos también para cuestionar hasta qué punto la consideración de los trastornos hipoactivos como trastornos se deben a los problemas reales que gente diagnosticada pueda sufrir y hasta qué punto a las expectativas sociales que existen sobre el sexo.

Por ello, pedimos al doctor Morfa y a su asociación que sean críticos en torno a esta cuestión, que reconozcan el peligro que puede haber en sus opiniones y que dispongan de los muchos recursos elaborados por asociaciones de asexuales, y en particular se pongan en contacto con ACEs.

Felicitamos además a Martina González Veiga , cuya aportación agradecemos profundamente.Sobre la asexualidad y el trastorno sexual hipoactivo:

Flore, Jacinthe. (2013). HSDD and asexuality: a question of instruments. Psychology and Sexuality 4.152-166.

Hinderliter, Andrew C. (2013). How is asexuality different from hypoactive sexual desire disorder .Psychology and Sexuality, 4. 167-178.

Chasin, C. D. (2013, November).Defining asexuality into (or out of) its radical potential. In Embodying Asexuality. Symposim presented with S.M. Metzger, & C. M. Labuski [moderated by K. Gupter] at the annual meeting of the National Women’s Studies Association, Cincinnati, Ohio.

‘Carta abierta a los profesionales de la psicología y la sexología entrevistados en el artículo publicado el nueve de julio por El Mundo’